Revivir y encontrar que nada ha pasado que todavía estas a mi lado, que solo lo he soñado y que por fin me he despertado, que me encuentro en un camino iluminado por las sonrisas, la ilusión y la esperanza. Pero se que no es así, aun sigo sin vida, por que no quiero vivir en este bosque oscuro lleno de dolor, no quiero seguir mendigando por amor, quiero salir y respirar, sentirme segura.
Entiendo que soy yo la que tengo que salir pero no puedo, siento terror a ver la realidad, prefiero esconderme detrás de árboles caídos, detrás de piedras en el olvido, donde se lo que ocurrirá, donde tarde o temprano me dará frió, donde puedo predecir el futuro por que siempre será oscuro, donde se que me defraudaran pero en este lugar es donde siempre he vivido, buscando batallas donde nunca venceré, corriendo sin rumbo fijo, en este inmenso bosque negro, que llamo hogar. Por que prefiero ser defraudada que ser yo la defraudadora, donde todos me aceptan por que piensan que soy mejor, pero no saben la oscuridad que vive en mí, no saben que me acerco a ellos para sentirme mejor yo.
En este insomnio de vida que llevo, a veces se ven estrellas fugaces que me animan, pero su magia pronto desaparece y vuelve el vacío. Pensé que era una de esas estrellas que pasan por aquí, pero en realidad eras solo uno de mis escondites donde nunca encontraré regocijo. Ya perteneces a otro ser, como suele suceder con mis mejores escondites, donde siempre excité la posibilidad de quedar defraudada, pero contigo sentí, que no luche la batalla, me di por vencida desde antes de esconderme en ti, y me refugié en la derrota pensando que así te quedarías conmigo, pero no fue así, como con todos mis escondites llego el momento de salir, pero este fue diferente en este resulte defraudadora y defraudada al mismo tiempo y justamente aquí en mi bosque frió, donde pensé que nunca podría defraudar a alguien, me defraude a mi misma. Y descubrí que no importa donde me esconda siempre excitará alguien a quien defraudar.
Carmen Maria Acosta
9 de diciembre 2005
Entiendo que soy yo la que tengo que salir pero no puedo, siento terror a ver la realidad, prefiero esconderme detrás de árboles caídos, detrás de piedras en el olvido, donde se lo que ocurrirá, donde tarde o temprano me dará frió, donde puedo predecir el futuro por que siempre será oscuro, donde se que me defraudaran pero en este lugar es donde siempre he vivido, buscando batallas donde nunca venceré, corriendo sin rumbo fijo, en este inmenso bosque negro, que llamo hogar. Por que prefiero ser defraudada que ser yo la defraudadora, donde todos me aceptan por que piensan que soy mejor, pero no saben la oscuridad que vive en mí, no saben que me acerco a ellos para sentirme mejor yo.
En este insomnio de vida que llevo, a veces se ven estrellas fugaces que me animan, pero su magia pronto desaparece y vuelve el vacío. Pensé que era una de esas estrellas que pasan por aquí, pero en realidad eras solo uno de mis escondites donde nunca encontraré regocijo. Ya perteneces a otro ser, como suele suceder con mis mejores escondites, donde siempre excité la posibilidad de quedar defraudada, pero contigo sentí, que no luche la batalla, me di por vencida desde antes de esconderme en ti, y me refugié en la derrota pensando que así te quedarías conmigo, pero no fue así, como con todos mis escondites llego el momento de salir, pero este fue diferente en este resulte defraudadora y defraudada al mismo tiempo y justamente aquí en mi bosque frió, donde pensé que nunca podría defraudar a alguien, me defraude a mi misma. Y descubrí que no importa donde me esconda siempre excitará alguien a quien defraudar.
Carmen Maria Acosta
9 de diciembre 2005
