Vivo para ser un reflejo de ti, y pasa
el tiempo y en mi memoria todo queda igual, recuerdo nuestros momentos juntas,
en mi quedan todos los consejos y las anécdotas que puedo volver a repetir sin
titubear, y ten por seguro que mis hijos las conocerán. Sabrán de una abuela
incondicional, la cual me enseño que los libros son puertas de escapes de la realidad
y las palabras el desahogo perfecto de las desilusiones. Que sobre paso todas
rocas que se le pusieron en el camino y su mayor sacrificio se convirtió en su
mayor orgullo, sacar adelante a sus hijos.
Dejaste un legado en esta tierra y me
lleno de orgullo decir que soy parte de el. Me hubiera gustado disfrutarte un
poco mas, pero cuida con celos los momentos que recuerdo y me la paso
imaginando que feliz estarías si estuvieras viviendo conmigo todas estas nuevas
aventuras. A veces te siento, en una brisa fresca o en un soplo con olor de tu
perfume, se que no me cediste por
completo, por que te siento.
Hay Días en los que invoco tu
presencia, donde te extraño tanto que duele, en los que te necesito, en esos
Días cierro los ojos y te pienso, y te veo radiante feliz cantando como siempre.
Carmen
M. Acosta
21 de Junio 2012
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